Corea del Sur aspira a convertirse en la cuarta potencia mundial de exportaciones de armas y a tal efecto está abocada a mejorar la eficiencia de sus principales equipos de defensa para el mercado internacional.
Uno de esos equipos es el caza multipropósito FA-50, del que el país presentó una réplica con un dispositivo nuevo, a comienzos de septiembre, en la feria de defensa MSPO en Polonia. Se trata de un modelo mejorado del FA-50 con un sistema de sonda y cesta para reabastecimientos en vuelo y un tanque de combustible externo de 1.135 litros de capacidad, componentes inexistentes en el mismo caza de uso doméstico.
La mejora se hizo pensando en las nuevas condiciones en las que dicha aeronave podría operar tras exportarse a otras naciones, como territorios más grandes y áreas de operación más amplias.
Otra arma remodelada es el obús K-9, cuyo modelo para exportación cuenta con unidades más eficientes de control de aire y de potencia auxiliar, así como un sistema de carga mejorado.
Según el Instituto Coreano de Estudios sobre Planificación y Avance de Tecnologías de Defensa, en 2014 fue activado un programa nacional para mejora y remodelación de armas, en el que, hasta 2024, se han invertido cerca de 207.500 millones de wones.