Corea del Norte ha mostrado recientemente imágenes de sus instalaciones de enriquecimiento de uranio, generando ecos de posibles provocaciones en torno a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que tendrán lugar en noviembre.

Sydney Seiler, exfuncionario de la Oficina Nacional de Inteligencia de Estados Unidos y experto en temas norcoreanos, señaló en un foro en línea coordinado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), que a lo largo de la historia Corea del Norte no ha intentado "castigar" a la administración saliente ni influir directamente en las elecciones de Estados Unidos. En cambio, suele usar dicho periodo para prepararse de cara a los próximos cuatro años.

Explicó que si Corea del Norte busca influir en la política de la nueva administración estadounidense, probablemente esperará a que el nuevo gobierno asuma el poder antes de realizar provocaciones significativas, como una séptima prueba nuclear.

A tal efecto, aludió a la reciente revelación de instalaciones de enriquecimiento de uranio como sutil forma de sugerir dicha intención.

Por último, Seiler recordó que desde el fracaso de las negociaciones con Estados Unidos en 2019, Corea del Norte ha estado enfocado en aumentar su capacidad nuclear, tanto cualitativa como cuantitativamente, y parece poco probable que esté dispuesto a participar en futuras negociaciones para limitar su arsenal nuclear.