Después de que Ucrania lanzara varios misiles estadounidenses ATACMS el martes 19, Rusia contraatacó distintos puntos en todo el territorio ucraniano con drones y misiles hasta la madrugada del miércoles 20. Incluso en la mañana del mismo día en Kiev sonó la alarma de ataque aéreo y las embajadas se vieron obligadas a cerrar temporalmente, al tiempo de emitir un advertencia de evacuación a sus conciudadanos.

Algunas de las sedes diplomáticas que interrumpieron su servicio fueron la Embajada de Estados Unidos, y también las de España, Italia, Grecia o Irlanda, entre otras. 

Por su parte, la Embajada de Corea del Sur decidió no cerrar e informó a los surcoreanos en Ucrania del aumento del riesgo, urgiendo a extremar las precauciones y, en caso de que no poder abandonar territorio ucraniano, dirigirse al refugio más cercano al escuchar la sirena de ataque aéreo. 

A día de hoy, se estima que unos cien surcoreanos permanecen como residentes en Ucrania. 

Las autoridades de inteligencia militar ucranianas consideraron como "falsa" la información divulgada por Rusia sobre la inminencia de ataques aéreos masivos, y prevén que la Embajada estadounidense reabrirá sus puertas en breve.

Pese a todo, la opinión dominante es que Moscú seguirá atacando instalaciones de suministro energético de cara al invierno, para debilitar el potencial de combate de las fuerzas de Ucrania e intimidar psicológicamente a sus habitantes.