Los acontecimientos surgidos durante la caótica madrugada del miércoles 4, aunque la ley marcial declarada por el presidente Yoon Suk Yeol fue efímera gracias a la ágil reacción y cohesión del Parlamento al votar en contra, han generado una grave incertidumbre política.
Así, mientras la oposición valora destituir al presidente acusándolo de traición, en el oficialismo reina la confusión entre dos bandos: unos que señalan la ilegitimidad de las acciones del mandatario y otros que intentan justificarlo.
El principal opositor The Minjoo declaró que el decreto para instaurar la ley marcial de Yoon fue un acto ilegal e inconstitucional, y el partido denunciará al presidente, al ministro de Defensa y al ministro de Interior por delito de traición. Además promoverá la destitución de todos ellos, y de otros altos mandos del Ejército y la Policía por secundarlo.
En la misma línea también se pronunciaron otros partidos de la oposición, tanto progresistas como conservadores.
Por su parte, el oficialista Poder del Pueblo coincide con la oposición en exigir la dimisión de los integrantes del gabinete y en destituir al ministro de Defensa, aún no se ha pronunciado sobre el presidente del partido.
Para surtir efecto, la propuesta de remoción del jefe de Estado requiere mayoría cualificada, es decir, el voto a favor de dos tercios de los diputados en activo. En caso de lograr dicha mayoría, todas las facultades del presidente quedarían suspendidas de inmediato.