Aunque la moción de censura contra el presidente Yoon Suk Yeol quedó anulada por falta de quorum, la confusión sociopolítica imperante en el país ha paralizado la actividad diplomática de Corea del Sur.
La mayor inquietud deriva de la dificultad de estrechar contacto con Estados Unidos ante la inminente entrada de la segunda administración de Donald Trump, muchas de cuyas políticas plantean serios retos a Corea del Sur y a la economía surcoreana.
Entre otros asuntos prioritarios, se complica la concreción de consultas sobre el reparto de gastos de defensa, pues aunque el acuerdo ya es firme, no se descarta que Trump exija renegociarlo al llegar a la Casa Blanca, y será complicado concertar una cumbre por la situación en Corea del Sur.
También se dejan entrever contratiempos en los esfuerzos de Seúl tanto por impulsar la cooperación con Japón, como por mejorar las relaciones con China.