Por primera vez en la historia constitucional de Corea del Sur, un tribunal ha emitido una orden de arresto contra un presidente en ejercicio.
El Tribunal del Distrito Occidental de Seúl emitió, el martes 31, la orden de arresto contra el mandatario Yoon Suk Yeol, tras la solicitud de la Unidad Conjunta de Investigación.
La orden de arresto se fundamenta en acusaciones de rebelión y abuso de autoridad, entre otros cargos, y fue aprobada 33 horas después de su presentación.
Según el procedimiento, la Unidad Conjunta de Investigación tiene hasta una semana para ejecutar la orden, lo que podría incluir un intento de ingreso a la residencia presidencial para proceder con el arresto. Sin embargo, el proceso podría dificultarse, ya que el Servicio de Seguridad Presidencial podría oponerse. Además, la defensa del presidente Yoon sostiene que la orden es inválida, argumentando que la Unidad Conjunta carece de autoridad para investigar el caso.
En el peor de los casos, la situación también podría derivar en enfrentamientos físicos entre los agentes encargados de cumplir la orden y el equipo de seguridad presidencial.
La orden de arresto genera un impacto significativo en el panorama político surcoreano, marcando un hito en la rendición de cuentas de los más altos funcionarios del país y desatando un intenso debate sobre los límites de la autoridad judicial y presidencial.