El presidente Yoon Suk Yeol lleva tres días recluido en el Centro de Detención de Seúl, donde se encuentra desde su arresto el miércoles 15 tras ser acusado de liderar un intento de rebelión. Desde entonces, ha rechazado participar en los interrogatorios de la Oficina de Investigación de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), alegando razones de salud y seguridad.
Yoon tampoco se presentó a la audiencia del jueves 16 destinada a revisar la legalidad de su detención, optando por permanecer en las instalaciones donde está recluido. Según fuentes penitenciarias, no ha salido del edificio en los últimos dos días, citando los mismos motivos.
El presidente se encuentra actualmente en la sala de espera para detenidos dentro del centro, un espacio reservado específicamente para los acusados que esperan procedimientos legales. Esta zona está separada de las áreas destinadas a los convictos.
Mientras tanto, analistas políticos especulan que Yoon podría estar planeando influir políticamente desde la cárcel, utilizando a sus abogados como intermediarios para emitir mensajes, tal como hizo antes de ser arrestado.