Corea del Sur y Corea del Norte intercambiaron duras posturas sobre el programa nuclear y de misiles balísticos norcoreanos durante la conferencia de desarme de la ONU celebrada este martes 21 en Ginebra, Suiza.

La delegación de Pyongyang acusó a Estados Unidos de provocar tensiones en la península coreana y reafirmó su decisión de mantener con el desarrollo de armamento nuclear. Según el representante norcoreano, Jo Chol Su, las actividades de espionaje y los ejercicios militares realizados por Washington en la región son actos provocativos que, en su opinión, justifican la postura defensiva de su país. Además, afirmó que una fuerza militar sólida es la única forma de garantizar la paz y aseguró que Corea del Norte, como "país nuclear responsable", continuará sus esfuerzos para prevenir la guerra y salvaguardar la estabilidad y la seguridad.

Por su parte, el consejero de la delegación surcoreana, Kim Il Hoon, rechazó con firmeza estas afirmaciones y acusó a Pyongyang de violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU al enviar tropas y suministrar armas a Rusia. Asimismo, condenó que el Gobierno norcoreano haya redefinido a Corea del Sur como un Estado hostil. Según Kim, esta postura ha eliminado los "obstáculos psicológicos" para justificar ataques nucleares preventivos, lo que supone un incremento significativo del nivel de amenaza y un grave peligro para la estabilidad de la región.

El representante surcoreano concluyó que responsabilizar a otros de la situación actual no es el camino correcto y destacó que el diálogo y la diplomacia son las únicas soluciones que realmente podrían beneficiar a Corea del Norte.