El ciudadano surcoreano Lee Chun Sik, quien fue víctima de la movilización forzosa y explotación laboral durante el periodo del colonialismo japonés en Corea (1910-1945), falleció por causas naturales el lunes 27 a los 105 años de edad.
En la década de 1940, Lee fue forzado a trabajar en una acerería de la empresa japonesa Nippon Steel, pero nunca recibió el salario que le correspondía, incluso después de que Japón perdiera la Segunda Guerra Mundial y terminara el periodo colonial. Por este motivo, demandó a dicha compañía y a otras, junto con catorce víctimas más, y en 2018 obtuvo un fallo favorable por parte del Tribunal Supremo de Corea del Sur.
La sentencia reconoció la responsabilidad de Nippon Steel y de la empresa Mitsubishi por someter a los demandantes a trabajos forzados y no remunerarlos adecuadamente, y ordenó el pago de indemnizaciones. Sin embargo, las compañías rechazaron la resolución, lo que llevó a la creación de un acuerdo intergubernamental en el que se estableció que las víctimas serían compensadas con donaciones de terceros. A pesar de su rechazo inicial, Lee aceptó este acuerdo en octubre de 2024.
Con su fallecimiento, de las 15 víctimas que demandaron a empresas japonesas por trabajos forzados y explotación laboral durante el colonialismo japonés, solo queda una con vida.