Con el inicio del segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos y los posibles cambios en el panorama diplomático y económico global, la vacante en la Embajada de Corea del Sur ante China genera preocupación por su impacto en la política exterior surcoreana hacia Beijing.
Según fuentes diplomáticas, el embajador de Corea del Sur en China, Chung Jae Ho, celebró su ceremonia de despedida en Beijing, el lunes 27, y regresará a su país el viernes 31. Sin embargo, la designación de su sucesor, Kim Dae Ki, exjefe de la Secretaría Presidencial, quien ya recibió la aprobación de China, parece estar en pausa indefinida.
En medio de la crisis política interna por el proceso de destitución del presidente Yoon Suk Yeol, se prevé que la embajada opere con un embajador interino durante un tiempo considerable.
El vacío en la diplomacia surcoreana genera inquietud, ya que llega en un momento en el que varios países están redefiniendo sus estrategias ante el aumento de la incertidumbre geopolítica tras la llegada de Trump al poder. Ante este panorama, existen preocupaciones de que la capacidad de Seúl para gestionar su política hacia Beijing se vea limitada en un momento crítico.