La exembajadora de Estados Unidos en Corea del Sur Kathleen Stephens ha expresado su preocupación por la posibilidad de que Seúl quede excluido de los esfuerzos de la Casa Blanca para dialogar con Corea del Norte, de manera similar a lo ocurrido con las conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania, donde Washington avanza en sus negociaciones con Moscú sin contar con Kiev.

Según Stephens, es probable que el presidente de EEUU, Donald Trump, tome la iniciativa de entablar contactos directos con el líder norcoreano, Kim Jong Un, tal y como hizo durante su primer mandato. En ese caso, la diplomática no descarta que Corea del Sur quede al margen de dichas conversaciones.

Stephens considera que la participación de Seúl en las negociaciones con Pyongyang dependerá de su relación con Washington, especialmente de la interacción entre Trump y quien ocupe la presidencia de Corea del Sur en ese momento. No obstante, ha señalado que el apoyo bipartidista a los países aliados de EEUU, que ha ganado peso en la política estadounidense en las últimas décadas, junto con otros marcos institucionales, podrían aliviar la presión sentida por Seúl bajo la diplomacia trumpista, según ha opinado la exembajadora.

En cualquier caso, Stephens ha destacado que, por ahora, el principal motivo de preocupación para Corea del Sur es la política arancelaria de la Casa Blanca, aunque todavía queda por ver qué decisiones tomará la Administración Trump, especialmente después de los planes mencionados por varias empresas surcoreanas, que han sugerido posibles inversiones en EEUU.