Los surcoreanos sienten que el conflicto social se ha agravado a tal punto de llegar a su punto máximo en seis años. 

Así lo muestra el estudio Cohesión social, problemas y soluciones de KIHASA, el Instituto Coreano de Salud y Asuntos Sociales, que recoge los resultados de las encuestas ciudadanas realizadas desde junio hasta septiembre de 2024 a 3.000 personas entre 19 y 75 años. En estos sondeos, el grado de conflicto social dentro del país fue calculado en 3,04 puntos sobre cuatro, el nivel más elevado desde 2018. 

El conflicto más serio, según los consultados, es el político, entre conservadores y progresistas, o entre derecha e izquierda, seguido de los enfrentamientos o rivalidades interregionales, entre trabajadores con empleo fijo y temporal, así como los conflictos obrero-patronales e interclasistas.

El estudio es realizado por KIHASA cada año desde 2014 y este año tuvo un subtema en particular: la integración social de los inmigrantes. Así, planteó preguntas sobre la inmigración y las políticas migratorias en vigencia, a las que el 61,49% de los encuestados respondió que no les causa extrañeza tener vecinos de otras etnias o culturas y el 53,83% que el Gobierno surcoreano debería mantener las políticas migratorias como ahora.