Corea del Norte ha calificado como una provocación política en su contra el llamamiento de la comunidad internacional a la desnuclearización y ha amenazado con seguir aumentando su capacidad nuclear tanto cuantitativa como cualitativamente.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano subrayó el lunes 17 que su país no tolerará ninguna intervención externa en el ejercicio de sus derechos soberanos y en su administración interna, en respuesta a la declaración conjunta de los ministros de Exteriores del G7, que exigieron el desarme nuclear de Pyongyang. El portavoz expresó su profunda preocupación ante el hecho de que ese grupo de naciones cuestione el derecho de un Estado soberano a poseer, de manera legítima, la capacidad de disuasión necesaria para su defensa.
Según el representante norcoreano, los miembros del G7 son los principales promotores de la proliferación de armas nucleares, amparados en el pretexto de compartir tecnologías nucleares y ofrecer recursos de disuasión a sus aliados. En este sentido, subrayó que son ellos quienes deben ser los primeros en renunciar a su "obsoleta ambición nuclear" antes de instar a otros a hacer lo mismo.
El portavoz concluyó señalando que Corea del Norte no dejará de ser un Estado nuclear, independientemente de que la comunidad internacional lo reconozca como tal, y continuará desarrollando su capacidad nuclear como un medio legítimo para proteger su territorio y sus intereses, prevenir una guerra en la península coreana y garantizar la seguridad mundial.