Los incendios forestales de gran magnitud que comenzaron el pasado fin de semana en la provincia de Gyeongsang del Norte continúan fuera de control, dejando hasta el momento al menos 15 personas fallecidas y más de 23.000 evacuados.
El fuego, originado en la ciudad de Uiseong, ha arrasado extensas zonas de las localidades vecinas de Andong, Cheongsong, Yeongdeok y Yeongyang, lo que ha agravado aún más la emergencia climática en la región. A las 4:50 de la tarde del martes 25, se confirmó la destrucción del templo histórico de Gounsa, fundado por el monje Iisang durante la dinastía Silla, como consecuencia del avance de las llamas en Uiseong.
Ante la gravedad de la situación, el Ministerio de Justicia ha ordenado el traslado de unos 500 reclusos del Centro Penitenciario de Gyeongsang del Norte a otras instalaciones en la ciudad de Daegu.
En Andong, el incendio llegó a aproximarse a la aldea histórica de Hahoe, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que ha incrementado la preocupación de las autoridades forestales y las brigadas de bomberos.
Expertos advierten que este podría convertirse en uno de los incendios forestales más devastadores en la historia reciente de Corea del Sur.
La situación se complica aún más debido a que se han declarado focos simultáneos en otras zonas del país, como los condados de Sancheong (Gyeongsang del Sur), Uiseong (Gyeongsang del Norte) y Ulju (Ulsan), donde se ha activado la "Fase 3 de Incendios Forestales", el nivel máximo de alerta para emergencias de este tipo.
Aunque los avisos por fuertes vientos fueron desactivados durante la noche, se siguen registrando ráfagas superiores a los 10 metros por segundo en varias regiones, con previsiones que apuntan a vientos de hasta 20 metros por segundo en las próximas horas.
Para el jueves 27 se prevén lluvias de entre 5 y 20 milímetros, pero se estima que en las zonas más afectadas, como Gyeongsang del Norte, las precipitaciones no superen los 5 milímetros.
Por todo ello, las autoridades consideran que el miércoles 26 será un día crítico para intentar controlar el avance del fuego.