Corea permanece en estado de alerta por los incendios forestales que asolan el sureste del país desde hace más de cinco días. Ante esta emergencia, la ciudadanía ha respondido con una ola de solidaridad hacia las personas afectadas por la catástrofe.
En el refugio provisional habilitado en el condado de Sancheong para los residentes evacuados, decenas de voluntarios se han organizado para preparar alrededor de 500 raciones por cada comida del día. Los alimentos se reparten no solo entre los damnificados, sino también entre los bomberos y equipos de emergencia que trabajan en la zona. Además, han puesto a disposición de todos un camión de lavandería.
La Asociación Coreana de Farmacéuticos también se ha sumado a los esfuerzos enviando medicamentos dirigidos especialmente a personas con enfermedades crónicas, muchas de las cuales no pudieron llevar consigo sus tratamientos al abandonar sus hogares.
La ayuda sigue llegando desde distintos sectores, incluidos ciudadanos particulares, empresas y organizaciones sociales, que colaboran mediante donaciones de alimentos, aportaciones económicas e incluso ofreciendo espacios de forma gratuita para acoger temporalmente a los evacuados.