Varios expertos en seguridad han recomendado ante el Senado de Estados Unidos que la Administración del presidente Donald Trump refuerce la capacidad militar de Corea del Sur y diversifique el papel de las tropas estadounidenses desplegadas en la península coreana. El objetivo, según señalaron, sería mejorar la preparación ante posibles escenarios de crisis en la región del Indo-Pacífico, especialmente en caso de una invasión de Taiwán por parte de China.
Durante una sesión del Comité de Relaciones Exteriores del Senado celebrada el miércoles 26 (hora local), los especialistas reconocieron la insistencia de Trump en que Seúl asuma una mayor parte de los costes de defensa compartida con Washington. Sin embargo, defendieron que esta cuestión no debe evaluarse únicamente desde una perspectiva económica y subrayaron la necesidad de considerar las contribuciones de Corea del Sur a la seguridad internacional, como el apoyo brindado a Ucrania en la guerra con Rusia.
El analista Randall Schriver, quien fue subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad del Indo-Pacífico durante el primer mandato de Trump, advirtió que el debate sobre el reparto de costes militares con los aliados suele reducirse a simples comparaciones numéricas en relación con el PIB. A su juicio, esta visión limitada impide adoptar un enfoque más amplio y estratégico. Schriver destacó que, debido a la lejanía geográfica de EEUU respecto al Indo-Pacífico, cualquier despliegue militar de emergencia en el estrecho de Taiwán o el mar de China Meridional resultaría más complejo y costoso. Por ello, instó a la Casa Blanca a aprovechar mejor sus alianzas en la región para superar esas limitaciones logísticas.
En la misma línea, la investigadora Oriana Skylar Mastro, del Instituto Freeman Spogli de Estudios Internacionales de la Universidad de Stanford, propuso que las negociaciones sobre los costes de defensa incluyan también contrapartidas estratégicas, como un mayor acceso a bases militares o a espacios aéreos fuera del territorio nacional, así como posibles inversiones en infraestructuras de defensa compartidas. Además, subrayó que el aumento de las capacidades militares de los aliados también contribuye a potenciar la proyección y eficacia de las fuerzas estadounidenses.
Por su parte, el investigador jefe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Victor Cha, coincidió en que las contribuciones de Corea del Sur a la seguridad regional y global —como la ayuda proporcionada a Ucrania— deben ser consideradas en las negociaciones sobre el reparto de los gastos de defensa. A su juicio, también es fundamental evaluar cómo podrían emplearse las tropas estadounidenses estacionadas en la península de Corea ante una eventual contingencia en Taiwán, así como explorar vías para reforzar la capacidad de respuesta de Seúl frente a las amenazas norcoreanas.