Los servicios de emergencia han acelerado la extinción de los incendios forestales en el sureste del país aprovechando las recientes condiciones meteorológicas favorables.

En la ciudad metropolitana de Ulsan, donde el fuego se extendió el 22 de marzo, las precipitaciones caídas durante la noche del jueves permitieron contener el foco principal. Más de 10 milímetros de lluvia ayudaron a controlar por completo las llamas en esa zona a las 8:40 de la tarde, tras haber arrasado una superficie equivalente a 1.300 campos de fútbol.

En otras áreas afectadas, como los condados de Sancheong y Hadong, en la provincia de Gyeongsang del Sur, y de Uiseong, en Gyeongsang del Norte, las precipitaciones —aunque más escasas, por debajo de los 5 milímetros— también contribuyeron a frenar el avance de los incendios. En la ciudad de Andong, donde existía preocupación por la posible llegada del fuego al centro urbano, la intensidad de las llamas disminuyó visiblemente tras las lluvias registradas pasada la medianoche.

Gracias a estas condiciones, el índice de extinción general se ha elevado hasta el 85 %. Las autoridades forestales consideran que el viernes 28 será una jornada determinante para lograr el control total de los focos activos.

Las temperaturas más bajas y la mejora en la visibilidad están favoreciendo las tareas de contención de los incendios, aunque preocupa la posibilidad de que los fuertes vientos reaviven el fuego o favorezcan su propagación hacia el sur si cambian de dirección.

Las autoridades forestales y los equipos de bomberos han instado a la población a mantenerse informada y extremar la precaución ante posibles cambios en la evolución de la emergencia.