El presidente en funciones, Han Duck Soo, participó el jueves 3 en la ceremonia conmemorativa de las masacres de Jeju, también conocidas como la Insurrección del 3 de Abril.
Durante el acto, Han subrayó que, como nación comprometida con los valores de la libertad y la democracia, Corea del Sur tiene la responsabilidad de rendir homenaje a las víctimas, mostrar solidaridad con sus familias y acompañar en su dolor a los supervivientes.
El mandatario interino aseguró que el Gobierno ha fijado como prioridad la restitución del honor de las víctimas y la reparación íntegra de los daños sufridos. En este sentido, anunció que se intensificarán los esfuerzos por esclarecer los hechos mediante nuevas excavaciones para localizar restos de los fallecidos, que serán identificados con técnicas genéticas.
Asimismo, Han se comprometió a ampliar las prestaciones sociales y los servicios de apoyo psicológico tanto para los supervivientes como para los familiares de las víctimas. Entre las medidas previstas, destacó la construcción de un centro especializado en el tratamiento de traumas.