Japón fue uno de los primeros países en reaccionar a la destitución del expresidente Yoon Suk Yeol, decidida el viernes 4 en el Tribunal Constitucional, y subrayó la importancia de mantener y fortalecer la cooperación bilateral, incluso en el escenario de un cambio de Gobierno.
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, destacó que la colaboración entre ambas naciones es esencial no solo para la seguridad mutua, sino también para la paz y la estabilidad regional. Asimismo, recordó que este año se celebra el 60º aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Tokio y Seúl.
Por su parte, tanto Estados Unidos como China no han manifestado, de momento, una postura oficial sobre la salida de Yoon. En el caso de Washington, se prevé que la Casa Blanca tome un tiempo adicional para analizar la situación, dado que el anuncio se conoció en plena noche en horario estadounidense.
En cuanto a Beijing, su perspectiva ya había sido esbozada en una rueda de prensa el miércoles 2, cuando un representante del Gobierno chino reafirmó el principio de no injerencia en asuntos internos de otros países. Sin hacer ningún comentario directo sobre el panorama político en Corea del Sur, expresó su confianza en la capacidad del pueblo coreano para gestionar sus propios problemas y reiteró su voluntad de seguir profundizando las relaciones bilaterales.