El precio de los alimentos procesados aumentó en marzo un 3,6% en comparación con el mismo mes del año anterior, el incremento más acusado desde diciembre de 2023, según la Oficina Nacional de Estadística.
Por categorías, el café registró un alza del 8,3%, el pan subió un 6,3% y los embutidos, un 6%. En cuanto a la inflación en restaurantes, se mantuvo en el 3%, sin descender de ese nivel por segundo mes consecutivo. Estos aumentos en los precios de los alimentos procesados y de los servicios de restauración han tenido un impacto notable en el índice general de precios al consumidor, que ascendió un 2,1% interanual en marzo.
Desde el sector alimentario explican que el encarecimiento de los productos resulta inevitable, debido al aumento de los costes de los ingredientes y de la mano de obra. A ello se suma el encarecimiento de los insumos importados, propiciado por la apreciación del dólar.
La principal preocupación es que la inflación alimentaria podría no moderarse a corto plazo e, incluso, acelerarse. Factores como los daños en la producción agrícola provocados por los recientes incendios forestales, así como la posible desestabilización del comercio mundial derivada de la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos, podrían agravar aún más la presión inflacionaria.