El condado de Ganghwa, en la ciudad surcoreana de Incheon, ha iniciado un proyecto para medir el impacto de los ataques acústicos emitidos por Corea del Norte mediante altavoces orientados hacia el sur, una táctica de guerra psicológica que ha generado un malestar creciente entre los residentes de la zona fronteriza.

El estudio contempla la elaboración de un mapa de ruido que permitirá identificar con precisión las áreas más afectadas por estas emisiones sonoras. Hasta noviembre de este año, se llevarán a cabo mediciones especializadas en 82 puntos distintos utilizando equipos certificados y dispositivos meteorológicos como anemómetros, que facilitarán el registro de variables como la dirección y la intensidad del viento.

Con los datos obtenidos, las autoridades locales esperan determinar la intensidad, frecuencia y alcance de los sonidos, con el fin de establecer medidas que mitiguen su impacto sobre la población. Este mapa servirá además como base para futuras acciones de compensación o estrategias de protección civil.

Desde que comenzaron estas transmisiones en julio de 2024, miles de vecinos han denunciado efectos físicos y psicológicos, como insomnio, dolores de cabeza y elevados niveles de estrés. Se estima que más de 22.000 personas viven actualmente en el área de influencia directa, y que sectores económicos como el turismo y la hostelería también han registrado pérdidas debido al descenso de visitantes.