Expertos y representantes de organizaciones de personas mayores han propuesto aumentar de forma gradual la edad a partir de la cual se considera a una persona como adulto mayor, pasando de los actuales 65 años a los 70.
La iniciativa fue presentada en el marco de una serie de reuniones convocadas por el Gobierno, en las que se debatió la necesidad de revisar un criterio que lleva más de cuatro décadas sin actualizarse.
Los participantes argumentaron que, en un contexto de aumento de la esperanza de vida y mejora de las condiciones de salud, así como de un cambio en la percepción social del envejecimiento, fijar el umbral en los 70 años resultaría más adecuado.
Asimismo, plantearon que esta modificación debería ir acompañada de ajustes graduales en otros ámbitos relacionados, como la edad de acceso a determinados beneficios, el uso gratuito del transporte público o el inicio del cobro de pensiones.
No obstante, advirtieron que una posible reforma debe tener en cuenta la elevada tasa de pobreza entre las personas mayores y la insuficiente preparación de muchos ciudadanos para la jubilación. En este sentido, recomendaron prolongar la vida laboral activa y mejorar el acceso a los servicios de salud y cuidados de larga duración.