Corea del Norte ha criticado su inclusión, por vigesimonoveno año consecutivo, en la lista negra elaborada por Estados Unidos de países que no cooperan con la lucha contra el terrorismo. En respuesta, ha instado a la Casa Blanca a reconocer que su "actitud hostil" ha deteriorado las relaciones bilaterales.
En una declaración emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano el viernes 16, el régimen calificó dicha designación como una provocación política. Según Pyongyang, la supuesta lucha antiterrorista a la que alude EEUU no es más que un pretexto para justificar su injerencia en los asuntos internos de otras naciones y promover campañas destinadas a derrocar Gobiernos que no le resultan afines. En este sentido, sostuvo que el carácter ilegal y hostil de las acciones de Washington representa la forma más grave de terrorismo, así como una seria manifestación de violencia política.
Especialistas en relaciones internacionales interpretan este pronunciamiento como un intento de Corea del Norte por responsabilizar exclusivamente a la Administración estadounidense del estancamiento en las negociaciones entre ambos países.