La segunda ronda de negociaciones técnicas en materia comercial entre Corea del Sur y Estados Unidos finalizó el jueves 22 (hora local) en Washington. Los esfuerzos se centraron en la coordinación de temas delicados como los aranceles recíprocos y los gravámenes específicos por producto, impulsados por la Administración del presidente Donald Trump.
Durante tres días, la delegación surcoreana mantuvo encuentros con funcionarios de la Oficina del Representante Comercial, el Departamento de Comercio y otras agencias gubernamentales estadounidenses. Las conversaciones se articularon en torno a seis áreas previamente acordadas en la reunión ministerial celebrada el 16 de mayo en la isla de Jeju: equilibrio comercial, barreras no arancelarias, seguridad económica, comercio digital, normas de origen y factores estratégicos del comercio.
Fuentes cercanas al proceso indicaron que la Casa Blanca manifestó su preocupación por determinadas políticas surcoreanas que considera barreras no arancelarias, ya mencionadas en su informe sobre obstáculos al comercio publicado en marzo pasado. Entre ellas figuran la restricción a la importación de carne de vacuno procedente de animales mayores de 30 meses, propuestas legislativas para regular plataformas digitales con posición dominante, iniciativas para imponer tarifas de red a proveedores de contenido extranjeros como Netflix o YouTube, y la exigencia de transferencia tecnológica en grandes contratos de defensa.
Por otro lado, se estima que la parte surcoreana utilizó el diálogo para explicar el contexto interno y tratar de reducir las divergencias de enfoque. No obstante, todo apunta a que cualquier avance significativo quedará en manos del próximo Gobierno, que se conformará tras las elecciones presidenciales del 3 de junio.