La tasa de participación en la fuerza laboral de los ciudadanos mayores de 60 años se sitúa en niveles similares a la de los menores de 40, en un contexto marcado por el envejecimiento demográfico y el aumento simultáneo tanto de personas mayores activas como de jóvenes que ni trabajan ni buscan empleo.

Según informó el lunes 16 la Oficina Nacional de Estadística, en mayo la tasa de participación laboral del grupo de mayores de 60 años alcanzó el 49,4%, lo que supone un ascenso de 0,8 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2024. Este es el porcentaje más alto desde que comenzaron a recopilarse estos datos en junio de 1999.

Esta cifra indica que prácticamente la mitad de la población de más de 60 años está trabajando o en búsqueda activa de empleo. Desde 2011, la tasa ha mantenido una tendencia al alza, impulsada por el progresivo envejecimiento demográfico. En los últimos cinco años, ha incrementado 4,6 puntos porcentuales, casi el doble del repunte de 2,6 puntos registrado en el mismo periodo por la tasa de participación laboral general para los mayores de 15 años.

Aunque esta tendencia puede interpretarse como una señal de dinamismo y diversidad en el mercado laboral, en la práctica refleja una realidad más compleja. Muchos de los trabajadores mayores son jubilados que se ven obligados a reincorporarse al mercado por falta de recursos económicos, en un país donde la tasa de pobreza en la vejez se encuentra en el 38,2%, la más alta entre los miembros de la OCDE. Esta situación se ve agravada por el retraso en la edad de acceso a las pensiones y la insuficiencia de los ingresos tras la jubilación.