Corea del Norte ha comunicado, aunque de forma tardía, al Comando de las Fuerzas de Naciones Unidas en la zona fronteriza intercoreana la instalación de un alambrado a lo largo de la Línea de Demarcación Militar, así como la construcción de un muro en el borde septentrional de la zona desmilitarizada (DMZ).

El aviso, que llegó al Comando de la ONU el 25 de junio, ha sido interpretado por el Ministerio de Defensa surcoreano como un posible gesto que podría sugerir un sutil cambio de actitud por parte del régimen norcoreano. No obstante, las autoridades consideran prematuro extraer conclusiones definitivas.

Las obras, que fueron interrumpidas durante el invierno, se reanudaron el pasado mes de abril. Según fuentes oficiales, los trabajos consisten en la instalación de un triple alambrado a lo largo de la Línea de Demarcación Militar y la construcción de un muro de protección antitanque en el lado norcoreano de la DMZ.

El hecho de que Pyongyang haya notificado estas actividades al Comando de la ONU es percibido por Seúl y por expertos en asuntos de la península como un gesto relativamente positivo, que podría abrir la puerta a una eventual reanudación del diálogo intercoreano.