El Gobierno considera que el aumento de los aranceles de Estados Unidos se ha convertido en parte de la nueva normalidad en el escenario económico global y está analizando cuáles de las demandas planteadas por la Casa Blanca podrían ser aceptables para cerrar satisfactoriamente las negociaciones en curso.
Una fuente del Ejecutivo declaró el lunes 30 que las tarifas elevadas no deben interpretarse como un fenómeno puntual, sino como una característica estructural de la actual coyuntura internacional. En este contexto, Seúl evalúa las opciones disponibles para proseguir con las conversaciones comerciales con Washington.
Según explicó, la Administración está dispuesta a aceptar aquellas exigencias que estime razonables y trabaja en la elaboración de propuestas alternativas más creativas para aquellos puntos en los que resulta más difícil alcanzar un consenso.
Durante la última ronda de diálogo, la delegación estadounidense mostró cierta apertura a revisar no solo los aranceles recíprocos, sino también los gravámenes aplicados a productos específicos surcoreanos, como los automóviles, de acuerdo con la misma fuente.
Respecto a la posibilidad de llegar a un acuerdo antes del 8 de julio, fecha en la que expira la suspensión arancelaria decretada en abril por el presidente de EEUU, Donald Trump, las perspectivas son poco alentadoras. Sin embargo, el Gobierno confía en que sea posible extender el plazo para continuar las negociaciones.