La Asamblea Nacional ha dado el primer paso hacia la legalización del tatuaje profesional, una práctica que durante más de tres décadas ha sido considerada ilegal si no la realizaba un médico.
El miércoles 20, un subcomité de la Comisión de Salud y Bienestar aprobó el borrador de la denominada Ley de Tatuadores, que permitiría a personas ajenas al ámbito médico ejercer esta actividad bajo un sistema de licencias y supervisión estatal.
Según la propuesta, quienes deseen trabajar como tatuadores deberán superar un examen nacional para obtener una licencia oficial, mientras que los establecimientos donde se realicen estos procedimientos tendrán que registrarse ante las autoridades locales.
Desde que el Tribunal Supremo dictaminó en 1992 que los tatuajes constituían un acto médico, cualquier intervención realizada por personas que no fuesen profesionales de la salud era considerada ilegal. Sin embargo, con la creciente popularidad del maquillaje semipermanente —como los tatuajes de cejas— y el hecho de que uno de cada cuatro coreanos se haya sometido a este tipo de tratamientos, aumentaron las críticas de que la legislación no reflejaba la realidad social.
El proyecto será elevado al pleno del Parlamento y podría quedar aprobado antes de que finalice el año.