La Casa Blanca ha expresado su preocupación después de que el Tribunal Federal de Apelaciones de Washington invalidara la imposición de aranceles recíprocos, una decisión que podría poner en riesgo los acuerdos comerciales alcanzados con diversos países.
En una declaración escrita presentada el 29 de agosto, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, calificó la resolución de "contratiempo" para la política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump. Greer defendió que los gravámenes son legales y necesarios, y advirtió de que, sin su aplicación inmediata, será difícil avanzar en la redacción definitiva de los pactos con varios socios comerciales.
En la misma línea, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, alertó de que, si el fallo de la corte frena efectivamente la implementación de las tarifas, no solo se verán comprometidas las negociaciones en curso, sino que además algunas naciones podrían revocar los convenios vigentes o incluso adoptar medidas de represalia.
El dictamen judicial sostiene que Trump excedió sus competencias al imponer aranceles amparándose en la Ley de Poderes Económicos en Emergencia Internacional (IEEPA). Según los magistrados, dicha normativa no concede al presidente la facultad de establecer gravámenes, prerrogativa que corresponde al Congreso.