El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que la detención de unos 300 trabajadores coreanos durante una reciente redada de las autoridades de inmigración en una planta de baterías en el estado de Georgia, operada conjuntamente por las compañías Hyundai Motor Group y LG Energy Solution, no perjudicará los lazos bilaterales.
En declaraciones a la prensa el domingo 7 (hora local) en la Base Conjunta Andrews, en el estado de Maryland, Trump rechazó que el operativo pueda tensar las relaciones y subrayó que EEUU mantiene "un excelente vínculo" con Corea del Sur. Además, recordó que ambas naciones acaban de firmar un acuerdo comercial.
El mandatario también señaló que su país podría necesitar trabajadores coreanos cualificados para formar a empleados estadounidenses en áreas complejas como la fabricación de baterías, la producción de ordenadores o la construcción naval.
Trump adelantó que revisará la situación y destacó que una de las vías para fortalecer los recursos humanos es permitir la entrada temporal de especialistas extranjeros, con el fin de que capaciten a trabajadores locales hasta que estos puedan desempeñar las funciones de manera autónoma.
Sus comentarios se interpretan como un gesto de disposición a abordar los problemas relacionados a la escasez de visados de trabajo, pese a las cuantiosas inversiones realizadas por conglomerados surcoreanos en territorio estadounidense.