El retraso en la repatriación de unos 300 ciudadanos surcoreanos arrestados en una redada de las autoridades de inmigración estadounidenses se debió a una recomendación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que permanecieran en el país en lugar de regresar a Corea, según confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano.
En una rueda de prensa celebrada el miércoles 10 (hora local) en la Embajada de Corea del Sur en Washington, un funcionario de la cartera diplomática explicó que la parte estadounidense comunicó los motivos del aplazamiento repentino durante un encuentro entre el ministro de Exteriores surcoreano, Cho Hyun, y el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio.
De acuerdo con el funcionario, Cho fue informado de que Trump había ordenado suspender temporalmente el proceso de repatriación. El mandatario quería comprobar si Seúl deseaba que los detenidos, trabajadores cualificados que operaban en una fábrica de baterías, permanecieran en el estado de Georgia para formar a ciudadanos estadounidenses, o si prefería su retorno inmediato.
El ministerio precisó que Cho respondió que los afectados se encontraban conmocionados y exhaustos, y que lo más adecuado sería que regresaran primero a su país de origen, con la posibilidad de volver posteriormente a trabajar en EEUU. Su postura fue respetada y se permitió su salida.
En el encuentro, el jefe de la diplomacia surcoreana solicitó además que los ciudadanos pudieran regresar sin restricciones físicas y que se garantizara la ausencia de desventajas en un eventual reingreso a territorio estadounidense.