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Corea del Sur presenta uno de los niveles más bajos de entre los estados miembros de la OCDE en cuanto a productividad laboral y los analistas advierten de que sin una mejora sustancial, acortar la jornada de trabajo complicará los esfuerzos por disminuir la brecha de ingresos con otras economías más desarrolladas.
Según un estudio conjunto realizado por la Cámara de Comercio de Corea y el economista Park Jung Soo, catedrático de la Universidad Sogang, la proctividad laboral de los surcoreanos se cuantifica en aproximdamente 65.000 dólares anuales por persona. Este valor es apenas el vigésimo segundo más alto de entre los registrados por las 36 naciones integrantes de la OCDE. En comparación con los 125.000 dólares de Bélgica y los 144.000 dólares de Islandia, ambos países que ya implementaron la semana laboral de cuatro días, no llega ni a la mitad.
La Cámara de Comercio explica que reducir la jornada de trabajo puede mejorar la satisfacción laboral y estimular el consumo otorgando a los trabajadores más tiempo para el ocio, no obstante desde el punto vista de la patronal resulta un factor que podría acarrear tanto una caída de la producción, como un mayor coste de personal. Recalca que, en este contexto, las dificultades pueden ser más grandes para las pymes que cuentan con menos recursos que las grandes empresas o los conglomerados que sí tienen el capital para invertir, así como suficiente nivel tecnológico para complementar la falta de productividad.
Así, la Cámara de Comercio recomienda tomar medidas para una gestión más libre del horario de los trabajadores, un mayor apoyo a las pymes y una flexibilización del mercado de empleo, reconociendo que reducir la semana laboral puede, en efecto, mejorar el equilibrio entre trabajo y vida personal.