El índice general de la Bolsa surcoreana, el KOSPI, culminó el miércoles 5 con una caída del 2,85%, hasta situarse en 4.004,42 puntos, tras un día marcado por una fuerte presión vendedora por parte de inversores extranjeros.
El indicador abrió con una merma del 1,6% y llegó a descender hasta los 3.860 puntos a lo largo de la jornada, antes de recuperar parcialmente terreno hacia el cierre.
Los inversores extranjeros vendieron más de un billón de wones en apenas hora y media desde la apertura, liderando el deterioro del mercado. El martes ya habían alcanzado ventas netas por 2,2 billones de wones, la cifra más alta en más de cuatro años, concentradas principalmente en valores del sector de los semiconductores.
La corrección bursátil estuvo influida por el declive de los gigantes tecnológicos en Wall Street y por la persistente incertidumbre sobre la política de tipos de interés en Estados Unidos.
En este contexto, el índice de futuros del KOSPI 200 registró un retroceso notable en las primeras horas de la mañana, lo que llevó a la Bolsa a activar un "sidecar" de venta, un mecanismo diseñado para frenar temporalmente las operaciones automatizadas en situaciones de volatilidad extrema.
El parqué tecnológico KOSDAQ también disminuyó un 2,66%, hasta terminar en 901,89 puntos. En este indicador, el índice de futuros del KOSDAQ 150 llegó a desplomarse más del 6% durante la sesión, lo que provocó la activación de otro "sidecar" de venta.
En el mercado de divisas, el won surcoreano se depreció 11,5 unidades frente al dólar estadounidense y finalizó en 1.449,4 wones por dólar.