La Administración estadounidense ha matizado la postura del presidente Donald Trump respecto a la mano de obra extranjera. Sobre dicha cuestión, la Casa Blanca ha señalado que su expectativa es que las empresas del exterior que inviertan en Estados Unidos puedan trasladar personal cualificado para la construcción y la fase inicial de operación de sus plantas en el país.

La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, afirmó el lunes 24 (hora local) que Trump "de ninguna manera" pretende que los trabajadores locales sean sustituidos por empleados extranjeros y acusó a algunos medios de comunicación de malinterpretar sus declaraciones. En este sentido, añadió que la intención del mandatario es permitir que las compañías internacionales que construyan fábricas de tecnología avanzada —por ejemplo, instalaciones de producción de baterías— utilicen temporalmente a personal especializado de su elección, con el objetivo de que este transfiera posteriormente sus conocimientos a trabajadores estadounidenses.

Las aclaraciones de Leavitt reiteran los comentarios recientes de Trump, quien sostuvo que EEUU necesita inmigrantes capaces de formar a empleados locales en sectores de alta tecnología e insistió en que esta posición no contradice sus principios políticos fundamentales.