El Centro de Estudios sobre la Esclavitud Sexual se inauguró el viernes 10 en Corea del Sur y servirá como un organismo de coordinación general sobre las investigaciones realizadas en el país respecto a dicha práctica cometida por el Ejército de Japón durante la II Guerra Mundial y sus víctimas. 

En concreto, el centro se encargará de organizar y ordenar los estudios dispersamente llevados a cabo por el sector civil hasta la fecha, además de buscar documentos sobre la esclavitud sexual, de traducirlos y de crear una base de datos para dar a conocer de manera más sistemática el tema de las esclavas sexuales. 

Lo polémico, sin embargo, es el estatus de este centro de estudios que, a diferencia del plan original de darle el carácter de un organismo estatal pero independiente, nació como una entidad a operar bajo las consignas del Ministerio de Igualdad de Género y Familia. La mayor preocupación es que esta condición amenace la autonomía y la continuidad del centro, pues un caso similar es el del proyecto nacional para la inclusión de los documentos sobre la esclavitud sexual en el Registro de la Memoria del Mundo, que fue iniciado también por el mismo ministerio, pero fue cancelado tras el acuerdo sobre las esclavas sexuales que los Gobiernos de Corea del Sur y Japón establecieron en 2015. 

El Ministerio de Exteriores japonés, por su lado, se quejó ante el Gobierno surcoreano alegando que el establecimiento del Centro de Estudios sobre la Esclavitud Sexual puede perjudicar los esfuerzos para profundizar con miras al futuro las relaciones entre las dos naciones.