El grupo de obreros norcoreanos que visitó Corea para jugar partidos de fútbol con trabajadores surcoreanos, regresó el domingo 12 a su país.
Su última actividad consistió en visitar la tumba de Jeon Tae Il, considerado un pilar del movimiento obrero de Corea del Sur, y la de su madre, así como la del pastor evangélico Moon Ik Hwan, que abogó en vida por la reunificación intercoreana. Así demostraron que no importa el país o el sistema bajo el que vivan, los trabajadores comparten la misma identidad y los mismos intereses.
A los partidos de fútbol entre sindicalistas de las dos Coreas acudieron cerca de 30.000 personas. Los encuentros tuvieron lugar el sábado 11 en el Estadio Mundialista de Sangam en Seúl.