Mientras las autoridades municipales de la ciudad japonesa de Osaka piden retirar el monumento a la víctimas de la esclavitud sexual ubicado en San Francisco, el primero de su índole erigido en una metrópolis de Estados Unidos, activistas internacionales están decididos a defenderlo. 

Quienes han alzado sus voces esta vez son los integrantes de la Coalición Justicia para las Mujeres de Solaz, la organización estadounidense que lideró la campaña para la instalación de dicho monumento, y Kansai Network, que se esfuerza por dar a conocer en Japón el problema de las esclavas sexuales. 

En la declaración emitida recientemente, ambas ONGs critican que en 2012 y 2013 el entonces alcalde de Osaka, Toru Hashimoto, humilló a las víctimas al sostener que no existen pruebas de que el Ejército nipón haya reclutado a mujeres de sus colonias como esclavas sexuales. Enfatizan que ante tal declaración, Kim Bok Dong -una superviviente de ese horrendo crimen- afirmó indignada que ella misma es una prueba viviente. 

Los activistas estadounidenses y japoneses censuraron también la conducta del actual alcalde de Osaka, Hirohumi Yoshimura, acusádole de pretender eliminar todo símbolo del dolor y la memoria de las víctimas de las esclavas sexuales, haciéndose pasar por un defensor de los derechos humanos de las mujeres. 

El pasado 2 de octubre, el alcalde de Osaka amenazó a su homóloga de San Francisco, London Breed, con romper los lazos de hermandad establecidos entre sus ciudades. Ante ello, la alcaldesa expresó que el monumento en cuestión simboliza la lucha de aquellas mujeres que fueron forzadas a tolerar el terror de la esclavitud sexual, al tiempo de recordar a todos hechos y lecciones del pasado que nunca deben pasar al olvido, dejando claro que no tiene intenciones de desmantelarlo.