La Unión de Parlamentarios Corea-Japón celebró el viernes 14 su 41ª asamblea general conjunta en Seúl y enfatizó la necesidad de hacer esfuerzos por mejorar las relaciones entre ambas naciones, así como por renovar la cooperación bilateral con miras al futuro.
Sin embargo, entre los asistentes se percibió un claro desacuerdo sobre el tema de la movilización forzada y explotación de coreanos como obreros durante la era colonial. La discrepancia se acaloró al afirmar los políticos surcoreanos que el debate y la solución de dicho asunto debe partir de un cabal reconocimiento de los hechos del pasado; mientras que los japoneses alegaron que los recientes dictámenes del Tribunal Supremo de Corea del Sur, que ordenan a empresas niponas indemnizar a los coreanos explotados en el pasado, infringen las promesas internacionales hechas por los Gobiernos.
La parte japonesa enfatizó que, en todo caso, la idea básica de la Declaración para la relación de socios entre Corea y Japón, firmada hace 20 años entre los entonces líderes de los dos países, Kim Dae Jung y Keizo Obuchi, sigue siendo válida y que de cómo sean resueltos los asuntos pendientes depende el futuro de las relaciones bilaterales.
Otros temas de debate en la reunión general de la Unión de Parlamentarios Corea-Japón fueron el problema nuclear norcoreano, la cooperación en seguridad entre Corea del Sur, Estados Unidos y Japón, el proteccionismo comercial de la Administración Trump, la proliferación de discursos de odio y el derecho de sufragio de los coreanos residentes en Japón en elecciones regionales.