Estados Unidos ha anunciado una nueva estrategia de defensa antimisiles basada en el despliegue de interceptores espaciales, con capacidad para destruir la ojiva nuclear de un misil en la fase inicial de su trayectoria.
En concreto, el país norteamericano planea desarrollar un sistema láser que, insertado en una plataforma aerotransportadora, permita detectar, rastrear y destruir misiles en la fase de despegue, maximizando así su poder defensivo.
La nueva estrategia antimisiles de Washington, sumada a la retirada del Tratado de Fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF), abre la puerta a una nueva escalada armamentística entre China, Rusia y Estados Unidos.