Mientras la Organización Mundial del Comercio mantiene la agenda de consultas sobre las restricciones de Japón a las exportaciones hacia Corea del Sur, las posturas de Seúl y Tokio se mantienen invariables y sin visos de conciliación.
Así, la parte coreana alega que las restricciones adoptadas por Tokio para exportar bienes estratégicos a Corea son injustas e incompatibles con las normas de la OMC. Sin embargo, Japón las justifica argumentando que Seúl falló al no controlar el comercio de ciertos bienes estratégicos, y por tanto decidió restringir la exportación de esos productos al mercado surcoreano, considerando que podrían ser usados con fines militares.
De este modo, las primeras consultas bilaterales en la OMC entre Corea del Sur y Japón al respecto han finalizado sin avances, aunque las partes fijaron fecha para una segunda ronda de conversaciones, que probablemente será antes del 10 de noviembre, pues el proceso de resolución de conflictos establece un plazo máximo de sesenta días para celebrar consultas, desde la presentación de la demanda ante la OMC.