Un grupo de 33 víctimas de explotación laboral cometida por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, todos residentes en Gwangju y en Jeolla del Sur, ha interpuesto una demanda contra seis empresas japonesas, al considerarlas como criminales de guerra.
Se trata de la segunda demanda de dicha zona de Corea del Sur, después de la presentada en abril de 2019 por otro grupo de 54 víctimas.
Entre estos 33 demandantes se incluyen solo dos víctimas supervivientes, siendo el resto familiares -también muy mayores- de otras víctimas fallecidas.
Los abogados que les representan explican que entre las empresas demandadas una quebró y ya no existe, y consideran prácticamente imposible ser indemnizados. Al respecto, enfatizaron que las víctimas no solo piden una compensación material, sino que los explotadores admitan sus crímenes, asuman su responsabilidad moral y se disculpen.