Mientras el calentamiento global provoca graves incendios forestales en Siberia cada año, las partículas de micropolvo de esa región afectan a la atmósfera coreana.
Según un equipo de investigadores coreanos, la creciente dimensión y frecuencia de los incendios en Siberia se achaca a altas temperaturas en febrero y marzo, que derriten la nieve y resecan el suelo, provocando incendios forestales en abril y mayo.
Explican que, al derretirse los hielos perpetuos por los incendios, liberan gran cantidad de carbono, acelerando aún más el calentamiento global, además de afectar a la calidad del aire en Corea.
Así, el Instituto de Investigación de Estándares y Ciencia de Corea confirmó que la concentración de micropartículas en Daejeon alcanzó "nivel malo" unos tres días después de un incendio de gran magnitud en Siberia.
Un análisis realizado entonces mostró que la concentración en Corea de levoglucosán, sustancia que se genera al quemar árboles, era 4,5 veces superior al nivel normal.