Corea del Norte ha avanzado que cerrará sus fronteras hasta que haya un método de diagnóstico claro y descubran una cura para el COVID-19.
El ministro de Salud Pública norcoreano, Kim Hyong Hoon, declaró el jueves 27, que lo más importante en esta crisis sanitaria es atajar toda posibilidad de transmisión del virus, y por tanto el régimen de Pyongyang insistirá en el bloqueo fronterizo.
Así, las conexiones del exterior con Pyongyang mediante vuelos, trenes y barcos permanecen suspendidas desde el 31 de enero.
Las autoridades norcoreanas también han aplazado el inicio del curso escolar y la apertura de jardines infantiles a nivel nacional, alegando que buscan asegurar la salud y el bienestar de los infantes y de los alumnos menores.