Los precios al consumidor subieron en marzo por tercer mes consecutivo, debido a la campaña de distanciamiento social para reducir los contagios de COVID-19. En concreto, aumentó el consumo de alimentos al evitar la población salir de casa. En particular, subieron los productos ganaderos y los productos procesados, que mostraron un notable encarecimiento. 

La Oficina Nacional de Estadística ilustró al respecto que el mes pasado el índice de precios al consumidor marcó 105,54 puntos, un 1% más que hace un año. El incremento continúo, desde enero, mes en que dicho índice ascendió un 1,5%, tras registrar subidas inferiores al 1% durante doce meses consecutivos. 

Sin embargo, los gastos en comidas fuera del hogar aumentaron, aunque relativamente poco gracias al recorte del impuestos sobre consumos específicos ejecutado por el Gobierno, que abarató el precio de los automóviles. 

La Oficina de Estadística analiza, en base a estos datos, que si bien por ahora no preocupan las fluctuaciones de precios, claramente reflejan los cambios en el patrón de consumo de los ciudadanos ante la pandemia, y las políticas estatales para reactivar la economía nacional.