Corea del Sur ha reportado más de 500 nuevos casos de COVID-19 por primera vez desde el 6 de marzo, durante la primera ola de la pandemia, que tuvo su principal vector de contagio la secta religiosa Shincheonji, en la ciudad de Daegu.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades, reportó 583 contagios el jueves 26, elevando el total acumulado del país a 32.318 personas. Además, implica un incremento de 201 casos respecto al día anterior, y es el registro más elevado desde los 598 casos reportados el 3 de marzo, elevando el impacto de la tercera ola a la primera, registrada en Daegu y en Gyeongsang del Norte.

En tanto, de 402 de las infecciones locales fueron reportadas en el área metropolitana de Seúl, duplicando el rango de 200 de los últimos seis días.

En agosto, el país experimentó una segunda ola tras unas protestas antigubernamentales a gran escala, llegando a un máximo de 441 casos el 27 de agosto, antes de estabilizarse gradualmente y situarse en torno a 100 desde finales de septiembre hasta principios de noviembre. Posteriormente, el 14 de noviembre los casos diarios superaron los 200, para pasar a 300 solo cuatro días después, el 18 de noviembre.

Pero la tercera ola preocupa especialmente pues los contagios proceden de ambientes y actividades cotidianas, y no de una reunión masiva específica, como pasó en oleadas anteriores con los servicios religiosos de Shincheonji o las protestas de Gwanghwamun.