La delegación surcoreana que viajó hasta Irán, encabezada por el primer viceministro de Exteriores, Choi Jong Kun, volvió el jueves 14 al país sin avances.
Tras reunirse con altos funcionarios iraníes para negociar la liberación del petrolero incautado en el estrecho de Ormuz no lograron resultados tangibles. Irán insiste en que la incautación deriva de "problemas técnicos", aunque sigue sin responder a la exigencia de Seúl de presentar evidencias que justifiquen dicha medida.
Mientras se estima que la incautación está vinculada a la congelación de fondos iraníes en bancos surcoreanos, el jefe de gabinete presidencial de Irán, Mahmoud Vaezi, reveló que el Gobierno surcoreano propuso suministrar ambulancias a Irán a cambio de los activos, pero respondió que Irán no necesita ambulancias sino el dinero bloqueado en bancos coreanos por las sanciones de Estados Unidos.
Desde Seúl, el Ministerio de Exteriores refutó esa afirmación, alegando que intercambiar los activos iraníes por ambulancias fue idea de Teherán.
Así las cosas, rescatar el buque coreano podría demorar más de lo esperado, al existir el precedente del petrolero de India en 2013 incautado por Irán con la excusa de contaminación marítima. No obstante, cuando India refutó la afirmación con imágenes de satélite, el Gobierno iraní liberó el petrolero, 26 días después de ser retenido.