El presidente estadounidense Joe Biden ordenó el miércoles 24 (hora local) revisar las cadenas de suministro de algunos productos al detectar anomalías en la estructura oferta-demanda. Entre ellos se incluyen chips semiconductores y baterías para coches, productos donde las empresas surcoreanas ostentan superioridad tecnológica en el mercado mundial. 

Además de los productos mencionados, Biden urgió a revisar otros como medicamentos y tierras raras, previsiblemente durante cien días. El denominador común entre esos bienes es que Estados Unidos tuvo serias dificultades para equilibrar oferta y demanda en la cadena global de abastecimiento tras la propagación del COVID-19.

La falta de chips semiconductores para coches, por ejemplo, obligó a detener las líneas de producción automotrices estadounidenses, mientras que también hubo grave carencia de equipos de protección personal, cuya oferta en ese país norteamericano dependía enteramente de las importaciones. 

En cuanto a las baterías de coches, la Casa Blanca admitió que si bien Estados Unidos fabrica y exporta coches eléctricos, no es líder en producción de este producto. 

La instrucción de Biden se interpreta como una medida para impedir la emergencia de China como potencia tecnológica y disminuir la dependencia de Estados Unidos de esa nación asiática, con una estrategia similar a la "guerra de aranceles" de su predecesor, Donald Trump, aunque difiere al intentar contrarrestar a China mediante barreras y rivalidad tecnológica.