Seúl ha condenado la violencia ejercida por la Policía y el Ejército birmanos contra los civiles participantes de las manifestaciones del 28 de febrero, entre quienes varios resultaron heridos e incluso algunos murieron.
El Gobierno surcoreano declaró -el 1 de marzo en un comunicado publicado en nombre del portavoz del Ministerio de Exteriores- que le inquieta profundamente la gravedad de los últimos hechos ocurridos en Myanmar. Criticó que es inaceptable la violencia de las autoridades tanto militares como policiales contra civiles, e instó a detenerla de inmediato.
Por su parte, la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas dio a conocer, en una reciente declaración, que el 28 de febrero al menos 18 personas murieron y unas 30 resultaron heridas al reprimir violentamente la Policía y el Ejército de Myanmar las protestas ciudadanas que surgieron en distintas ciudades de ese país, incluyendo Rangún.