Ocho personas fallecieron recientemente en Corea del Sur tras recibir la vacuna del coronavirus, y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades presentó el lunes 8 un resultado provisional, alegando que es difícil determinar que existe correlación entre esos decesos y la vacuna.
Detallaron que los fallecidos eran todos internos de sanatorios o centros de cuidados especializados y padecían enfermedades subyacentes. Dos de ellos eran mayores de sesenta, cuatro tenían entre 50 y 50 años, y había otro en sus cuarenta y un veinteañero, pero ninguno mostró reacciones anafilácticas.
Asimismo, analizaron a otros de los vacunados a la vez que los fallecidos, pero no detectaron respuestas anómalas o adversas graves, por tanto consideran baja la posibilidad de problemas en el fármaco o en el proceso de vacunación.
En base a los análisis, concluyeron que las recientes muertes no guardan relación con la vacuna, sino provocadas al agravarse las enfermedades subyacentes de esas personas.
No obstante, avanzaron que harán nuevas investigaciones, como la autopsia a cuatro de los ocho fallecidos a cargo del Servicio Forense Nacional.