El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, aprobó oficialmente el plan de verter al océano aguas contaminadas de la Central Nuclear de Fukushima, durante una reunión ministerial celebrada el martes 13.
Así, a partir de 2023 comenzarán a descargar agua radiactiva al océano, durante unos 40 años.
A día de hoy, los tanques de la Central Nuclear de Fukushima contienen 1 millón 250 mil toneladas de agua contaminada con sustancias radiactivas, a las que sumarán otro gran volumen de aguas altamente contaminadas, una vez empiecen a desmantelar la central.
Tras intentar reducir su nivel de radiactividad, Tokio planea verter esas aguas al océano, alegando que la capacidad de sus tanques llegará el máximo en otoño del próximo año.
El sector pesquero y ONGs ecologistas de Japón han expresado un enérgico rechazo a este plan.
En tanto, China y Corea del Sur también se han mostrado en contra, y alegaron que reforzarán la cooperación con la comunidad internacional para frenar el vertido de aguas contaminadas al océano.